Introducción:

Viaja a través de los ojos de un niño por los que recorrerás los caminos de la vida, la muerte y el duelo, desde un acompañamiento respetuoso.

                A menudo la vida te muestra caminos por senderos desconocidos, paisajes que nunca hubieses pensado que podrías conocer, recorridos hacia los que nadie te prepara con destinos que tú no habrías elegido.

Hay momentos en los que tu vida se convierte en una estadística más elevada de la que la mayoría del mundo pueda pensar, en los que te toca a ti lidiar con un dolor inimaginable, en los que, si en medio de esa tempestad, encuentras a una tribu fuerte en la que sostenerte, parece que puedas atenuar de algún modo, el desgarro del alma.

Yo tuve a esa tribu en la unión de la familia, que me sostuvieron para aullar juntos a la luna y poder volver a vivir con el vacío del alma, del pecho, de mi vientre, de mis brazos…

También sentí que hay personas tan especiales, que siempre pasarán a ser de mi familia de almas.

Y sentí el calor de una tribu muy especial en nuestra familia, la cual no sólo lleva el nombre, sino las personas y vivencias que nos hemos llevado de ella desde que nuestro hijo mayor empezase a ir. La Tribu del Gaià, una escuelita de cuento, mágica, viva, libre; allí donde los niños son las semillas y el acompañamiento respetuoso son el agua con la que regar día a día la tierra por la que crecerán.

En una de las estancias de la escuela se podía leer un proverbio africano que una de las familias escribió y que decía así:

“Para educar a un niño hace falta toda la tribu.”

Con este cuento quiero visibilizar y dar un espacio al dolor como parte de los procesos naturales de la vida. Con él aporto ideas de como acompañarlo de una manera natural y respetuosa.

Pretende servir de herramienta para ayudar a otras escuelas y centros en los que se conviva con niños, para así, poder abrir un espacio de acompañamiento hacia el niño que esté viviendo cualquier tipo de duelo tras una pérdida.

Y, sobre todo agradecer a todas las personas que nos acompañaron en el momento más desgarrador de nuestras vidas.