Prólogo de David Sánchez Ruiz a ‘¡Buen viaje, Enai!’:

Cuando yo tenía diez años, mi hermano mayor murió en un accidente de coche. Mi hermano mayor era uno de esos seres especiales que acreditan que los ángeles existen y que a veces sus tiempos son cortos, como sus alas y su vuelo. Cuando Juan murió, mis padres no supieron cómo explicarme la muerte porque ni ellos mismos sabían cómo acoger la sensación de vacío y silencio tan rotundo que la acompañan. La muerte nunca ha tenido buena prensa, en nuestra cultura no hemos sido capaces de crear un relato que acoja el dolor, las despedidas, las rupturas, las pequeñas muertes y la gran muerte tal y como se merecen: como ritos de paso, como puentes que nos llevan a formar parte del mismo misterio, como asunción de lo vulnerables, limitados y finitos, que al menos, como cuerpo físico, somos.

Me he pasado gran parte de mi vida trabajando con niños, con adolescentes y con adultos. Con el tiempo he ido entendiendo que, de alguna manera, lo he estado haciendo con el afán de acompañar el dolor que sienten como me hubiese gustado que me acompañaran mis padres, como ahora lo hace Sandra con Gael, poniéndole palabras a lo que es, tal y como es.

Ese dolor de haber experimentado la muerte me hizo despertar como niño al misterio: ¡¡si uno se puede morir así, de repente, la vida es demasiado valiosa para solamente pasar por ella!! En mi caso la muerte me despertó la dimensión y las preguntas profundas de la vida, la conciencia de la vulnerabilidad y del cuidado que merece el mayor de los regalos que un día nuestros padres decidieron hacernos. Sandra acompaña en este cuento a Gael, que aprende a vivir un poco más consciente de este misterio que es la vida y que un día se acaba, al menos tal y como nuestro cuerpo físico la entiende. Ojalá un día nos atrevamos a descubrir todas las vidas que viven dentro de esta vida, y también dentro de la muerte.

Cuando leo a Gael en las palabras de Sandra me emociono. Conecto con las dificultades que tuve para traspasar el dolor de la muerte de mi hermano y siento cómo mis padres no supieron hacer eso de ponerle palabras al dolor, porque el dolor pudo con ellos, con sus palabras y nos dejó a todos en un largo silencio con el que cada uno aprendimos a convivir como supimos.

Cuando leo a Gael lloro de dolor, como no puede ser de otra manera ante la señora muerte, y al mismo tiempo lloro de alegría al leer cómo Gael ha podido encontrar las palabras que durante años yo estuve buscando. ¡¡Cuánto amor tienes en tu vida, Gael!! ¡¡Deja que tus padres puedan sostenerte cuando no sepas qué hacer con el dolor!!

En su relato, Sandra se explica (y le explica a Gael) el dolor que han transitado juntos, nombrando cada cosa como fue y dándole un lugar donde honrar al hijo y al hermano, porque la vida necesita de lugares adyacentes en los que ubicar metafóricamente lo que dolió para poder ir explicándonos con el tiempo que necesitemos, cómo estamos con lo perdido. Porque lo que no se explica se hace aliado del sufrimiento, y la vida necesita de lugares sagrados para dejar descansar lo que duele mientras continuamos viviendo como podemos, como sabemos, como vamos aprendiendo. Lugares sagrados que pasan a ser un tesoro, como este cuento que te explicarán, siempre que lo necesites, Sandra, Jonatan, Gael y Enai, a una sola voz y al mismo tiempo a cuatro voces. Ellos te explicarán lo que a mí me hubiese gustado que mis padres me hubiesen podido explicar: que la vida es muy bella, aunque también duele, y que la vida y la muerte son una misma cosa, aunque cueste entenderlo.

Mi curiosidad por la vida, la muerte y la simbología profunda que expresa su misterio, me ha llevado a experimentar más de una vez que lo que entendemos por vida se transforma como lo hace la energía y nos recuerda que, en diferentes formas, en diferentes espacios-tiempos, en diferentes cuerpos, sigue latiendo algo de eso que fuimos, que somos, que seremos, algo de eso que nuestros seres queridos, al dejar el cuerpo físico, siguen y seguirán siendo: parte de nosotros.

En Tarragona, agosto de 2020,

David Sánchez Ruiz

https://www.facebook.com/davidsanchezruizterapeutaholistico